No soy muy prodigo en la elaboración de platos dulces. Pero no hay que negar que un postre puede arruinar o por el contrario ser el colofón perfecto de un gran banquete.  Ya lo dijo Fernand Point,  padre de la cocina moderna francesa “Una comida sin postre es como un traje sin corbata”. Por ello me decidí a inspirarme en un postre que desde niño vi tomar a mi abuela “pan, chocolate, aceite y sal”, y que Sergi Arola borda en su restaurante de Barcelona «Arola Arts».

Para elaborar este postre necesitaremos:

– 1 litro de nata para montar (35,1% de grasa)

– 125 gr. de cacao en polvo.

– 50 gr. azúcar.

– Pan de molde.

– AOVE. (aceite de oliva virgen extra)

– Sal en escamas.

– 1 sifón de un litro.

– 2 cargas de N₂O.

ELABORACIÓN.

Añadimos en un cazo, un litro de nata y calentamos sin que llegue a hervir. Una vez caliente añadimos el cacao y el azúcar y removemos hasta que la mezcla sea homogénea. Una vez este todo mezclado reservamos en la nevera.

Una vez la mezcla esta fría pasamos por un colador y metemos la mezcla en el sifón.

Cortamos el pan de molde en cuadrados pequeños y los tostamos en el horno a 180° hasta que estén crujientes y reservamos.

PRESENTACIÓN.

Cargamos el sifón con las dos cargas de N₂O y agitamos. Ponemos la espuma de chocolate en un recipiente y ponemos por encima los cuadrados de pan. Por ultimo añadimos una pizca de las escamas de sal y un chorrito de AOVE.

*Si no tenemos sifón podemos montar la nata con cacao a punto de nieve.